Hacemos de un espacio vacío un rincón cálido y acogedor, dándole ese toque que nos caracteriza a cada uno.
En relación a las paredes de casa, podríamos cambiarlas de color, poner cortinas nuevas, nueva iluminación, pero lo más sencillo y original es coger las fotos que tengamos y hacer con ellas originales combinaciones.
Algo muy clásico y resultón es coger todos los marcos del mismo color, una única tonalidad.
Tengamos en cuenta que la temática de las fotografías que coloquemos en cada espacio, se verán más cálidas dependiendo de la ubicación. Si tenemos niños pequeños, será agradable que les mostremos imágenes de ellos jugando con papá. En cambio si vamos a decorar la habitación de un adolescente, lo mejor sería colocar alguna imagen que les inspire.
Finalmente deberíamos elegir la forma en la que vamos a disponer los marcos en la pared. Ya puedes poner las imágenes en un orden concreto, por tamaño, por color o de forma anárquica.
Por ejemplo aquí se ha decorado un estante volado con una serie de láminas, todas con orden armonioso.
Las fotos lucen preciosas también decorando de forma asimétrica. En cualquier espacio de la habitación quedarán perfectos. Tú decides cuántos poner, pero mi consejo es no sobrepasar ciertos límites, pues en exceso puede cansar la vista y quitar ganas de ver las fotos expuestas, aunque claro, esto es muy personal.
Os dejo algunas imágenes para que veáis los resultados.
Hasta el próximo post!
Asile.
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